Cuando alquilamos un piso o vivienda, el “deber ser” es recibir la instalación recién pintada y renovada. Sin embargo, no siempre se cumple esta exigencia o, como sucede con cualquier construcción, con el tiempo, las paredes blancas antes radiantes ahora son más bien grises, las huellas de los marcos de cuadros suspendidos y los viejos agujeros de los clavos o tornillos en los azulejos son claramente visibles. A más tardar, cuando un inquilino se muda, el debate es inevitable sobre quién restaurará el apartamento a su antiguo estado y se dan lugar a discusiones entre inquilinos y propietarios. Aunque las leyes varían de acuerdo a los países y estados, generalmente esto es responsabilidad del arrendador, ya que se establece que el arrendador debe mantener su apartamento de acuerdo con el contrato. No obstante, puede transferir esta obligación al arrendatario las cláusulas del contrato de arrendamiento.
Las reglas, ante todo
Bien sea la ley que se establezca, o las cláusulas del contrato, se tiene que seguir ciertas reglas generales, aunque el cumplimiento de ellas al cien por ciento, no siempre se logra, teniendo que ir a la asesoría legal o hasta las cortes. No todas las cláusulas de reparación cosmética se cumplen, pues solo hasta en tiempos recientes se ha legislado sobre la cuestión de quién tiene que pintar o pagar si el inquilino se ha mudado a un apartamento sin renovar.
Las reglas del contrato de alquiler, según las cuales el inquilino siempre debe pintar o renovar al mudarse, independientemente de la duración de la estancia y el estado del apartamento, no se cumplen a cabalidad, lo que perjudica al siguiente inquilino de manera irrazonable.
En conclusión
Incluso si no hay daños causados por el arrendatario, siempre habrá una necesidad de mantenimiento regular y eventual como resultado del desgaste natural. En tales casos, si la propiedad fue entregada por el propietario con la pintura actualizada, es deber del inquilino pintarla antes de devolverla. De lo contrario, el arrendador es responsable.
En cuanto al moho causado en las paredes por el exceso de humedad y la acción del tiempo en propiedades que no reciben mucho sol, el deber del inquilino es mantener limpias las paredes, mientras que el propietario solo tiene responsabilidad cuando el moho proviene de fugas debido a la infiltración de una tubería rota, baldosas rotas o del vecino.
Por último, el inquilino debe reparar los daños causados por el arrastre de sillas y otros muebles, así como las manchas causadas por el uso inapropiado de los productos de limpieza. Ante estas situaciones, bien sea por el arrendatario o el propietario, si se hace necesaria la participación de expertos en mantenimientos de paredes o en labores de pintura, la empresa de pintura en Zaragoza, Pintor Noa, presta un servicio acorde con su presupuesto, para recuperar el espacio al estado anterior al alquiler y para que el siguiente inquilino lo reciba como nuevo, gracias a los años de experiencia que hemos adquirido y con una larga lista de clientes satisfechos.